Tiene muchas, muchas áreas de oportunidad. No me parece especialmente barato, como para no poder invertir en mejoras. El elevador de pronto da miedo que vaya a caer. El área de Lobby, acceso a alberca y ascensor se mantiene un tanto sucia. Los camastros en la alberca, sucios. No hay vigilancia y mucho menos salvavidas para la alberca. Hay un acceso trasero al área de alberca qué de pronto tal vez pudiera comprometer la seguridad de los huéspedes, máxime cuando no hay seguridad en el área. No hay restricciones con respecto al consumo de bebidas alcohólicas hacia el interior del área de piscina, así que igual y toca cantina. No queda claro en que momento se limpia a consciencia, ya que hasta muy tarde se permite gente en la misma.
Irónicamente, la piscina fue algo de lo que más gustó en cuanto a la altura. Bastante segura para niños pequeños.
Hacia el interior de los cuartos, bueno: se le nota la edad al hotel. En la regadera del cuarto, al menos en el piso 7 se tiene poca presión.
Al menos en ese piso, lo que pareciera ser un problema de ruido por el malecón, no lo fue en lo absoluto. El ruido acogedor del mar parece enmudecer al ajetreo del mismo malecón.
No hay estacionamiento privado, así que toca buscar y encontrar lugar en la calle.
Justo enfrente se tiene acceso a playa pública, si se quiere estar en el mar. Opciones variadas de restaurantes en el exterior.
Si es lugar para dormir y bañarse, puede ser buena idea.
